jueves, 9 de septiembre de 2010

Reflexiòn, ironía y crítica en una sola película

Sin duda alguna esta película es una invitación a la crítica reflexiva sobre los problemas que conlleva el consumo de drogas y sobre todo a la sociedad que induce a los jóvenes desorientados y desubicados a consumirlas.


Gracias a su narrativa acida y directa, impacta a los espectadores por los diálogos que estructuran la intención hacia la simplificación y el uso de tópicos junto con imágenes y secuencias surrealistas que nos introducían en el mundo interior del protagonista, haciendote sentir lo que vive cada personaje. 


El dialogo del inicio con la voz en off de Ewan McGregor junto con el de la parte final, son el significado esencial de la película, te resume todo: seas un drogadicto o un consumidor de la “buena vida“, el vacío te alcanza hasta la sepultura. Hablarle a la sociedad sobre la droga, no como un mal en sí mismo, sino como una pieza más de este mundo podrido que nos esclavizan y despojan a una vida sin significado, de la misma manera que lo hace "la buena vida" que te establece la sociedad.


La música es un elemento fundamental que acompaña, si no todas, la mayoría de las secuencias. Que no es la protagonista principal, pero su uso es más que evidente para ayudar a posicionar al grupo de amigos en el estilo de vida que llevaban y el contexto cultural del momento en que vivían (recordemos que esta película salió por los noventas, cuando grupos como Blur o Iggy Pop eran un hit).


Sin duda alguna una de las mejores películas que he visto. Muy recomendable.


Estefania Vieyra Rivas

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